Juan Pedro Medina (Ingeniero Agrónomo), Ex−viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural

A raíz de la oleada de incendios del verano pasado que ha asolado muchas zonas de pastos de España, son muchas las referencias sobre el papel de la ganadería extensiva y su relación con el aprovechamiento sobre todo de recursos naturales pastables, lo que conlleva un papel esencial como conservadores del medio natural y del paisaje, así como de su biodiversidad. La ganadería extensiva en España es un sector estratégico desde todos los puntos de vista (económico, medioambiental y social) y está representada en su mayoría por las explotaciones de vacas nodrizas, de ovino y caprino principalmente de carne y de porcino y equino extensivo.

De las especies anteriores, de forma principal destacan las explotaciones de vacas nodrizas, en las que el censo ha experimentado un fuerte crecimiento si analizamos los datos desde el año 1991, con un censo en España ligeramente superior a 1,2 millones de cabezas, y el censo actual, que supera los 2,2 millones de ejemplares, por tanto prácticamente se ha duplicado y en ello ha influido la PAC, de forma especial la reforma de la Agenda 2000 con un  incremento en las ayudas directas por cabeza, incluido el pago por extensificación. No han seguido la misma tendencia el ovino-caprino, donde el censo se ha reducido desde los 24 millones de cabezas en 1991 a aproximadamente 15 millones en la actualidad.

Respecto de las propuestas legislativas de la nueva PAC 2028-2034, son muy reducidas o prácticamente inexistentes las menciones a la ganadería en general, tanto en el reglamento del Fondo Único como en la propuesta de reglamento específico de la propia PAC, solamente se cita en un par de ocasiones en el desarrollo de las ayudas asociadas y en ambas tiene un marcado carácter medioambiental.

Una pregunta es obligada es ¿para qué sirven los documentos previos del Dialogo Estratégico o de la Visión para la Agricultura y la alimentación? La respuesta se puede resumir en “La Comisión de nuevo pone el arado delante de los bueyes”, ya que realiza propuestas legislativas sin conocer el contenido de lo que ella misma proponía en la Visión: la puesta en marcha una línea de trabajo sobre ganadería para desarrollar vías políticas que:

  1. proporcionen un diagnóstico de los retos del sector, incluida la competencia mundial;
  2. b) propongan herramientas adecuadas para acompañar al sector y, cuando esté justificado, medidas de reciprocidad;
  3. c) busquen formas de abordar su huella climática/medioambiental, incluidas formas de valorizar el vínculo entre la producción ganadera y el mantenimiento de praderas valiosas desde el punto de vista medioambiental y climático mediante sistemas ganaderos más extensivos beneficiosos para la conservación de la biodiversidad y los paisajes;
  4. d) fomenten las inversiones, el desarrollo tecnológico y la innovación; y
  5. e) potencien el desarrollo de modelos de producción sostenibles.

Entre las vías políticas que señala la Comisión, se refieren tanto a la competitividad externa (aranceles, Mercosur), como a temas o preocupaciones medioambientales, y las repuestas son reforzar las inversiones, la tecnología, la innovación y el desarrollo de modelos de producción sostenibles, pero nada de ello se ha incluido en la propuesta legislativas, si bien es cierto que aún no se conoce las conclusiones del grupo de trabajo previstas para 2025. Como hemos dicho, pone el arado delante de los bueyes.

Reconoce la comisión que el sector ganadero de la UE es especialmente vulnerable a las distintas perturbaciones y a la competencia mundial. Las exigentes normas de producción tienen un coste que el mercado no siempre recompensa.

También señala que la futura PAC evaluará la mejor manera de ayudar a los agricultores a reducir aún más las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de sus actividades agrícolas y ganaderas. Indica que debe darse prioridad a la resolución de los puntos críticos de contaminación por nutrientes y a la promoción de enfoques territoriales integrados. En este sentido, apoyar la extensificación en regiones con altas concentraciones de ganado y promover la circularidad, puede ayudar a reducir el uso de fertilizantes sintéticos.

Concluye la Comunicación que la puesta en marcha del diálogo permitirá enriquecer las reflexiones de la Comisión sobre el camino a seguir en torno a los cuatro ámbitos prioritarios y sus elementos facilitadores. Muchos de los temas que contiene son delicados y no suelen encontrar fácilmente un consenso en la sociedad, en particular los aspectos relacionados con la alimentación, la ganadería y el futuro de la PAC.

En definitiva, sobre Ganadería Extensiva hay muchas declaraciones de buenas intenciones y promesas que hasta el momento no se ven reflejadas en las propuestas legislativas de la futura PAC, ni en la forma, porque no se ignora la palabra, y, lo más preocupante, en el fondo, porque no existen dotaciones financieras (dinero) específicas para ello. Incluso alguna de las medidas directas que en la PAC actual se destinan a la ganadería extensiva, como los ecorregímenes de pastoreo, se diluyen y pasarán  a ser cofinanciados, lo que sin duda pone en riesgo mantener el montante financiero actual.  

También me preocupa que las pocas referencias que se realicen de nuevo se condicionen a aspectos medioambientales. Por ejemplo, en la propuesta de ayudas asociadas se indica que “en el caso de la ayuda concedida como pago por animal a los sectores ganaderos, los Estados miembros tendrán en cuenta el impacto ambiental, en particular mediante el establecimiento de criterios de carga ganadera máxima en las zonas vulnerables a los nitratos”, teniendo en cuenta que la evaluación de la Directiva sobre nitratos, prevista para finales de 2025, aportará datos para el debate que nos puedan sorprender.

Con todo lo anterior, me viene al recuerdo el llamamiento que realizó un exconsejero y exalcalde de Valladolid, por el que llamaba la atención para que legislara menos, en lo que consideraba una «diarrea legislativa» para la creación de nuevas normas permanentemente, a la vez que reclamaba que esas nuevas leyes vayan acompañadas de una memoria económica ya que, de lo contrario, dijo, no sirven para nada.