Dos cerdos ibéricos y un ternero de 200 kilos son las últimas víctimas del lobo en el cuarto día consecutivo de ataques en Las Arribes

   El presidente de ASAJA Salamanca, Luis Ángel Cabezas, ha solicitado hoy al consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, que los ganaderos de Las Arribes puedan participar en batidas autorizadas contra el lobo. Esta petición ha coincidido con el cuarto día consecutivo de ataques que realiza el lobo en la comarca de El Abadengo, donde por primera vez ha matados a dos cerdos ibéricos, además de un ternero de 200 kilos.
   La solicitud de Luis Ángel Cabezas a Suárez Quiñones se produce por las dificultades que tiene la Patrulla de Medio Ambiente para hacer efectivo el permiso del que dispone desde finales de septiembre para abatir un lobo en Las Arribes por los constantes ataques al ganado. Hay que recordar que desde el pasado viernes, han sido denunciadas la muerte de cinco terneros, cuatro ovejas en Bañobarez, ocho ovejas en Encinasola de los Comendadores, otro ternero en Bañobarez… por ataques del lobo.
   El presidente de ASAJA Salamanca ha reclamado hoy, en el primer encuentro institucional de la principal organización profesional agraria de Castilla y León con el consejero de Fomento y Medio Ambiente, que “se busque una solución urgente a la situación y se controle la población de lobos en la Comarca de Arribes, donde nunca había habido este tipo de problemas pese a ser una zona históricamente ganadera. Los ganaderos ya están hartos de ver morir a sus animales, de vivir en tensión todos los días, de sentirse abandonados y olvidados por la Junta de Castilla y León”.
   En ese sentido, Luis Ángel Cabezas ha recordado que los ganaderos ya se manifestaron el pasado 30 de septiembre en Lumbrales y que ante la continuidad y aumento de los ataques, se plantean medidas más drásticas para acabar con la situación de tensión en la que viven. 
   En la reunión, a la que también ha asistido José Ángel Arranz, director general de Medio Natural, ASAJA ha vuelto a insistir en la necesidad de abonar con rapidez las bajas y lucro cesante causado por los ataques del lobo, así como daños patrimoniales.