El azucarillo es para los agricultores y ganaderos que asistieron a la manifestación salmantina del 28 de febrero. El motivo por los que se merecen este punto dulce y positivo pasa por haber hecho un hueco en su trabajo diario y haber respondido con una asistencia masiva que paralizó la ciudad de Salamanca durante cuatro horas, mediante la demostración de un civismo y comportamiento digno de admirar.

Gracias, gracias y gracias.


La galleta o tirón de orejas, en esta ocasión, se la llevan todos los componentes del Congreso de los Diputados por el circo que han montado en la votación de la reforma laboral el pasado jueves, 3 de febrero. El juego del voto erróneo, de unos, y el transfuguismo político, de otros, son la razón por la que, en vez de una reunión seria donde se decide el futuro de este país, parece un espectáculo circense.

¿A qué estáis jugando?