El Comité Científico de Lucha contra las Plagas Agrícolas de Castilla y León ha recomendado hoy realizar esta práctica en la zona salmantina

La Junta de Castilla y León autorizará en los próximos días el volteo en profundidad en la comarca de Peñaranda de Bracamonte como medida fitosanitaria para la lucha contra el topillo, respaldando de esta manera la petición realizara por ASAJA Salamanca y que hoy mismo también fue recomendada por la comisión de roedores y otros vertebrados del Comité Científico de Lucha contra las Plagas Agrícolas de Castilla y León.

De acuerdo a la demanda realizada por la Organización Agraria Salmantina, esta práctica no afectará al cumplimiento de las medidas de condicionalidad impuestas por la PAC y los agricultores podrán practicar el volteo de la tierra a más de 20 centímetros de profundidad antes del 1 de septiembre, si las condiciones del terreno lo permiten, como medida preventiva ante el excesivo número de roedores que se detectan en la zona.

ASAJA Salamanca había reclamado esta misma semana que la comarca de Peñaranda fuera incluida en el listado de áreas autorizadas el pasado 10 de julio para realizar esta práctica fitosanitaria, ante la grave situación que se ha vivido durante el último año en la comarca de Peñaranda por la presencia de topillos,

El volteo de la tierra a más de 20 centímetros de profundidad es una medida que la organización profesional agraria considera útil, fácil de aplicar por al agricultor y nada agresiva con el medio ambiente, con el objetivo de evitar que estas zonas, una vez que el cereal ha sido recogido, se convierta en un reservorio para el topillo al romperle las huras cuando las condiciones del terreno lo permitan.

ASAJA Salamanca comparte también con el citado Comité Científico la necesidad de estudiar la necesidad de autorizar la quema de cunetas, linderos y desagües, que pueden ser utilizados por los topillos como reservorios ante la maleza que crece en ellas. En este caso, la Organización Agraria reclama que dichas medidas sean analizadas con tiempo suficiente para poder ser ejecutadas las quemas, con el fin de evitar situaciones como las del año pasado, que cuando fueron autorizadas, apenas se pudieron ejecutar por las lluvias y el rebrote otoñal.