Por ahora no se conoce ningún medio eficaz de lucha contra esta dañina bacteria

Desde que se detectara por primera vez en España, en 2016, la Xylella fastidiosa ha afectado ya a cuatro comunidades autónomas. Castilla y León por ahora se ha librado, pero desde la administración se ha puesto en marcha un plan de prevención para tratar de esquivar a esta bacteria muy dañina con numerosos cultivos. Y por ahora no hay ningún tratamiento que la frene.

¿Qué es la Xylella fastidiosa?

Xylella fastidiosa es una bacteria con un enorme potencial patógeno sobre gran número de plantas hospedantes, principalmente leñosas, y que puede producir graves daños en cultivos de gran importancia económica en Castilla y León como viñedo, olivo, almendro, cerezo, alfalfa, así como en numerosas especies ornamentales (adelfa, polígala, lavanda, romero) o forestales (Quercus).

Esta bacteria es originaria del continente americano, donde abarca un amplio rango de latitudes, desde Canadá hasta Argentina. En Europa se detectó por primera vez en octubre de 2013 en la región de Apulia (sur de Italia) afectando a olivo. En España en noviembre de 2016 se detectó en las Islas Baleares en plantas de cerezo y en polígala. Desde entonces se ha detectado especialmente en acebuche y almendro, pero también en ornamentales, fresno, nogal, olivo, vid, higuera, ciruelo y cerezo. En junio de 2017 se detectó en España continental, en un municipio de Alicante, en almendros y en abril de 2018 se ha detectado en un olivo en la Comunidad de Madrid y en plantas de polígala en un invernadero en Almería.

¿Cómo se transmite?

La transmisión a cortas distancias (100 metros) se produce a través de insectos vectores, principalmente cicadélidos, que se alimentan del xilema de plantas infectadas, propagándola a plantas sanas.

A largas distancias se produce por el comercio y transporte de plantas infectadas o de sus insectos vectores. La principal vía de entrada es el material vegetal destinado a plantación (excepto semillas) procedentes de zonas en las que la bacteria está presente.

La bacteria se puede propagar en unas condiciones muy heterogéneas de temperatura y humedad, por lo que no existe un factor limitante para su desarrollo. Sin embargo los vectores, si requieren unas condiciones más específicas para desarrollarse, siendo mejores en la zona litoral, valles con altas temperaturas y zonas más cálidas. En España las zonas de mayor riesgo son el valle del Guadalquivir, toda la costa, Extremadura y valle del Ebro.

En el mapa siguiente se puede ver el riesgo de desarrollo de la bacteria en función de las temperaturas mínimas invernales.

¿Cómo puede identificarse?

La bacteria invade el xilema de la planta produciendo obstrucción del flujo de savia. Se produce un secado de hojas, que se inicia en los márgenes o en las puntas, en ocasiones con clorosis, y finalmente un marchitamiento generalizado y la muerte de la planta.

Los síntomas se pueden confundir con los producidos por sequía, problemas de salinidad, ciertas carencias y otras enfermedades.

¿Qué se está haciendo en Castilla y León?

En Castilla y León, la Consejería de Agricultura y Ganadería ejecuta anualmente un plan de controles en sanidad vegetal encaminado a la detección precoz de cualquier plaga de cuarentena. En el caso que nos ocupa, ha implementado un Plan de Control específico contra Xylella fastidiosa, que se basa en la aplicación de medidas de prevención e investigación para evitar su introducción y propagación. Para ello se llevarán a cabo inspecciones en parcelas que alberguen plantas hospedantes, incluyendo centros de jardinería o viveros y masas boscosas de robles. También colocarán trampas en las parcelas para la detección de los insectos vectores, que son la principal vía de entrada del patógeno en la planta.

Además, en colaboración con las organizaciones profesionales agrarias, la consejería está celebrando jornadas informativas y formativas, especialmente dirigidas a agricultores y técnicos, para dar a conocer las labores preventivas, las buenas prácticas agronómicas, los síntomas y daños de la enfermedad, así como las medidas a llevar a cabo si aparecen plantas sospechosas. También ha editado un díptico sobre distintos aspectos de la enfermedad como la descripción de la plaga, los daños en los cultivos, las técnicas agronómicas para evitar su presencia y las actuaciones en caso de confirmarse un foco de la bacteria.

¿Qué precauciones se pueden tomar?

El control de esta bacteria debe realizarse mediante métodos preventivos, ya que hasta ahora no hay ningún método curativo. Estos métodos se basan en:

  • Adquirir plantas de establecimientos autorizados y con instalaciones físicas.
  • Exigir pasaporte fitosanitario.
  • Mantener el suelo libre de malas hierbas.
  • Realizar una poda correcta y destruir los restos de poda.
  • Mantener el cultivo bien abonado y con buenas prácticas de riego.
  • Realizar tratamientos insecticidas para controlar los vectores.
  • Contactar con las autoridades de sanidad vegetal ante cualquier sospecha de aparición de la enfermedad.

En el caso de aparición de un brote de la enfermedad, se procederá a la inmovilización del material vegetal sensible y a su destrucción en un radio de 100 metros, previo tratamiento contra insectos vectores, y se prohibirá plantar especies hospedantes hasta 5 años después de la declaración del brote.