Aquellas corridas de toros en blanco y negro

Una exposición recoge el rico material gráfico sobre tauromaquia que guardan los archivos de la región

C.R./ Redacción

“El domingo a las cuatro de la tarde, si el tiempo no lo impide y con permiso de la autoridad: Extraordinaria Corrida de Toros”. Así empezaban los carteles taurinos en los siglos XIX, en el XX y también el XXI. La tradición alimenta buena parte del mundo de los toros, aunque también hay aspectos que han cambiado, y no sólo los pitones de los toros. Todos estos detalles pueden apreciarse en el material recogido por la Dirección General de Políticas Culturales de la Consejería de Cultura y Turismo, en un proyecto denominado “Archivo taurino de Castilla y León”. Se trata de una cuidada selección de fotografías y carteles sobre festejos taurinos, muchos de ellos celebrados en pueblos, conservados en los archivos históricos provinciales de nuestra región, parte de los cuales se han elegido para ser mostrados en una exposición de imágenes que desde este año está rotando por las diferentes provincias de la Comunidad.

En total son 22 ampliaciones fotográficas de 50 x 70 cm. con imágenes para la historia del toreo. Carteles, fotografías de corridas y de encierros taurinos son algunas de las huellas que la Tauromaquia ha dejado en los archivos. A través de ellos se ofrece una nueva mirada a la tradición taurina en Castilla y León. Por el número de imágenes, tienen especial significación en provincias como Ávila, Salamanca,y Zamora. Buena parte proceden de particulares, como la Colección Vidal Almena, que ha aportado unas curiosas fotografías estereoscópicas de la plaza de toros zamorana, captadas a finales del siglo XIX. Esta técnica permitía, mediante una ilusión óptica, ofrecer un efecto en tres dimensiones.

Los expedientes de festejos taurinos guardan gran cantidad de carteles, algunos de gran interés estético, por sus ilustraciones y demás ornamentos. Esta documentación, conservada en los archivos históricos provinciales, es de acceso público y en ella se pueden rastrear desde los nombramientos de presidentes, hasta las obras acometidas en las plazas de toros, pasando por las fundaciones y asociaciones taurinas, los datos estadísticos de las distintas plazas, la expedición de carnés de mozos de espadas o los informes sobre maletillas y espontáneos. Por supuesto, también se conservan los bellos carteles, por los que desfilan como en un soplo las grandes figuras de todas las épocas. Desde las estrellas de finales del XIX, Ricardo Torres “Bombita” y Enrique Cargas “Minuto", pasando por Curro Caro en los años treinta o un jovencísimo Espartaco que compartía cartel en la plaza de de Arenas de San Pedro, en las ferias de 1979, junto a “El Cordobés” y Palomo Linares.

Por esta razón, tal como se subraya en el folleto de la muestra, “la difusión de estos documentos no solo suscitará el interés de los amantes de los festejos taurinos, sino que sus atractivos estéticos resultarán de interés para otros muchos públicos”. Para los especialistas de la Consejería de Cultura y Turismo, los fondos documentales de estos archivos “conservan información sobre festejos taurinos desde la Edad Moderna hasta la actualidad, siendo esa documentación  muy relevante para el estudio de la tauromaquia durante todo el siglo XX”.  Los archivos históricos provinciales han iniciado una tarea de búsqueda de la documentación taurina que custodian en sus fondos para construir entre todos, de forma virtual, el Archivo Taurino de Castilla y León.

  

Corredores de encierros con chaqueta y boina

Las fotografías recopiladas en los archivos de Castilla y León no sólo recogen lo que ocurría dentro de las plazas de toros –que por cierto no eran como los actuales, sino muchas veces sencillos cosos rodeados de tablones–, sino también otros momentos donde el toro es protagonista, como los encierros, ya entonces típicos en muchos pueblos.

Observando aquellas imágenes se capta la sencillez de las gentes. Los hombres corrían con en mangas de camisa, botas, chaqueta o incluso con la boina puesta. Ninguna prenda especialmente cómoda, entre otras cosas porque por entonces la inmensa mayoría no tendría más ropa que la que llevaba.

En un cartel de una corrida celebrada en Salamanca, en 1926, rezaba lo siguiente: “La empresa, a pesar del aumento tan considerable que representa la confección de este cartel, no altera los precios de las localidades ya conocidos del público”. En aquellos años también había crisis.

  

Pie de foto: Corrida de toros en Baltanás. Colección Jesús Castro. Archivo Provincial de Palencia.

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