Higinio Sevilla, agricultor

La modernización del regadío en el Páramo Bajo tiene mucho que ver con que este leonés de 37 años sea hoy agricultor. Higinio Sevilla, nacido y vecino de Villamañán, tiene muy claro que el regadío genera riqueza y empleo

C.R./ T.S.N.

La modernización del regadío en el Páramo Bajo tiene mucho que ver con que este leonés de 37 años sea hoy agricultor. “Me incorporé hace doce años, cuando se apostó por el nuevo regadío en la zona; antes se hacía con pozos y aguas sobrantes, y cuando venía un año seco lo pasabas mal”, recuerda. Higinio Sevilla, nacido y vecino de Villamañán, tiene muy claro que el regadío genera riqueza y empleo, “no solo por los agricultores que nos quedamos, también porque se emplea gente en las obras de modernización e instalación de riesgo, las concentraciones de terreno… La obra pública aquí ha seguido”, comenta.

En la explotación, que lleva mano a mano con su padre, dedica una tercera parte al trigo y dos terceras partes a su cultivo estrella, el maíz. Tras dos meses “de vacaciones forzadas” por las lluvias, ahora trata de poner al día todas las tareas pendientes, de la nueva campaña y de la anterior, porque todavía queda maíz sin recoger.

Trata de profesionalizar al máximo su trabajo, invirtiendo en modernizar la explotación. “Continuamente andas con préstamos, todo cuesta mucho. Compensan los resultados y también que el trabajo es menos duro que con el riego por inundación, aunque te exige más atención y vigilancia”, explica. Higinio apunta que hay que ser prudente con los precios, porque tras campañas de cotizaciones altas, como hace un par de años, llegan otras menos boyantes. “Intentas controlar todas las variables, pero hay dos con las que no puedes: los precios y el tiempo”, resume. Claro que, como él mismo admite, a veces sería difícil elegir que llueva o que luzca el sol: “para las fincas en las que acabo de echar nitrato el agua iría bien; pero para el maíz sin cosechar no”. 

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