Miguel Paniagua Tejo, Agricultor

En los años ya cerca veinte años que lleva en la agricultura Miguel, ha aprendido ha aceptar las cosas como vienen. “Trabajas sabiendo que el fruto puede ser cien o cero, que puede venir un buen año o darte el golpetazo”, comenta.

C.R./ Redacción
En los años ya cerca veinte años que lleva en la agricultura Miguel, ha aprendido ha aceptar las cosas como vienen. “Trabajas sabiendo que el fruto puede ser cien o cero, que puede venir un buen año o darte el golpetazo”, comenta. Intenta tomar las decisiones que afectan a su explotación con sentido práctico, sin obcecarse en seguir lo que hace la mayoría. Prefiere renunciar a una maquinaria a la última y tener aquella que realmente se adapta a sus necesidades; reducir costes respetando prácticas tradicionales como la rotación de tierras y tirar los mínimos herbicidas esperando el momento más adecuado para sembrar. “El año pasado fui el último que sembré girasol, sabes que si no cae agua te la pegas, pero creo que hay que apostar y hacer lo que crees más conveniente, no lo que hace el vecino”, explica.
Podría decirse que teniendo nueve hermanas y siendo el único hijo varón no tendría más remedio que dedicarse a la agricultura familiar. Pero es que además es un trabajo que le gustaba ya desde niño. Considera que, quitando algunos periodos, las tareas de una agricultura de secano como la suya se hacen cómodas, y le ha permitido seguir viviendo en su pueblo natal, Becilla de Valderaduey, en la Tierra de Campos vallisoletana.
Lo que más le desconcierta son los movimientos en los precios de los últimos años. Vienen dos años de buenas cosechas “como jamás he conocido”, y los de los fertilizantes, semillas y demás se ponen de acuerdo en exprimir al sector. Cuando subió el cereal en 2007 la mayoría lo había vendido por debajo, y ahora cae en picado. “¿Quién podía suponer que iban a pagar más en los contratos de biocombustibles?”, se pregunta. Y a tiempos revueltos, como dice Miguel, que al menos no falle la subvención, “que es el 50 por ciento de lo que te llevas”. Y para ese asesoramiento confía en ASAJA, “porque te dan muchas soluciones y trabajan fenomenal”.

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