Ángel Fernández del Rincón, agricultor

Ángel, profesional del campo soriano, confiesa que se hizo agricultor porque a los 16 años murió su padre y tuvo que hacerse cargo de la explotación. Preguntado acerca de qué es lo que cambiaría en el campo para mejorarlo, Ángel lo tiene claro: “la mentalidad de la mayor parte de la gente”.

C.R./ Nacho Prieto

Ángel Fernández del Rincón es un agricultor de 60 años que tiene su explotación en varios términos entre Almazán y Medinaceli (Soria). Sus preferencias en el tiempo libre del que dispone se centran en viajar cuando “me lo permite el tiempo y el trabajo de mi mujer; el mundo no se acaba en las tablillas del coto, como piensa mucha gente”.

Confiesa que se hizo agricultor porque a los 16 años murió su padre y tuvo que hacerse cargo de la explotación. Preguntado acerca de qué es lo que cambiaría en el campo para mejorarlo, Ángel lo tiene claro: “la mentalidad de la mayor parte de la gente”.

A los jóvenes que están pensando entrar en la agricultura o la ganadería, Ángel les envía un mensaje: “que se formen en todo lo que puedan, que sin formación es muy difícil los tiempos que se avecinan”.

En cuanto a lo que aporta el cooperativismo, este agricultor cree que “es poco por la mentalidad de los rectores y de los que vivimos en el medio rural, y a la vez me gustaría que aportara mucho más”. Sobre la labor de las opas, matiza que “deben ser reivindicativas especialmente y estar en todos los momentos al lado del agricultor por tanta burocracia que tenemos y que se avecina”.

Sobre el futuro del campo dice que “ojalá tuviera una bola de cristal, pero lo que se ve en el presente con el mundo de la leche y del porcino son grandes monopolios que dominan ellos el mercado y nosotros tenemos poco poder de influencia”.

Por último, reconoce que lo que más le gusta de la profesión es la “libertad que tenemos en horario de trabajo”, y lo que menos “los periodos de inactividad o por el contrario de mucha actividad según la climatología”.

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