El Parlamento Europeo acogió el pasado miércoles, 14 de mayo, una jornada clave para la agricultura del sur de Europa, marcada por dos hitos importantes: por un lado, una conferencia de alto nivel —organizada por ASAJA y otras siete organizaciones homólogas de esta área, y coordinada por el Partido Popular Europeo—, que sirvió para definir una agenda común en el desarrollo rural; por otro, una votación crucial sobre la imposición de aranceles a un coste clave para la agricultura, como los fertilizantes rusos y bielorrusos.

Juan Luis Delgado Egido, presidente de ASAJA-Salamanca, formó parte del grupo de directivos y técnicos de la organización agraria en España que acudieron a trasladar la posición del sector agroganadero, encabezados por el presidente nacional, Pedro Barato, y otros integrantes del comité ejecutivo de ASAJA, como el presidente en Castilla y León, el palentino Donaciano Dujo.

El Parlamento Europeo abrió esa mañana la conferencia “La agricultura en los países del sur de Europa”, que reunió a organizaciones agrarias, responsables políticos y expertos de Croacia, España, Francia, Grecia, Italia y Portugal. El comité ejecutivo de ASAJA participó en el encuentro, celebrado bajo el lema «¡Afrontar juntos el futuro!», que buscó respuestas conjuntas ante grandes retos del sector agrario como la escasez de agua, la despoblación, la desventaja estructural en la cadena de valor, el exceso de burocracia y una competencia internacional que a menudo ignora las realidades locales en el seno de estos países del sur de la Unión Europea.

El programa incluyó la intervención de representantes de ASAJA, entre otras organizaciones nacionales, así como de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea. Uno de los grandes debates giró en torno a si la PAC vigente contaba con las herramientas suficientes para garantizar la rentabilidad de las explotaciones. Los eurodiputados Paulo Nascimento Cabral, de Portugal; y Dolors Monstserrat, de España, ambos del Partido Popular Europeo, actuaron como coorganizadores del evento, dieron la bienvenida a los asistentes y describieron las prioridades fijadas: ganar competitividad aplicando cláusulas de reciprocidad; invertir en infraestructuras hídricas que apuesten por el regadío; y lograr el relevo generacional garantizando la rentabilidad y la dignidad del sector.

Bruselas se convirtió en el epicentro de las preocupaciones del campo del sur de Europa. Desde el debate sobre el futuro rural hasta las decisiones que afectaron directamente a la viabilidad de las explotaciones agrarias, el 14 de mayo fue una fecha marcada en rojo en el calendario del sector agroalimentario.

Reunión con el comisario. Ya por la tarde, la jornada prosiguió con una reunión de alto nivel con el comisario de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, donde se presentó el esperado paquete de simplificación de la PAC.

En ese encuentro, las organizaciones agrarias del sur trasladaron al comisario una posición común sobre los retos estructurales en sus territorios y la urgencia de adaptar las políticas europeas a la realidad del campo. Fue una oportunidad clave para influir en el diseño de la PAC 2027–2034 y reforzar el papel del sur en las decisiones de la UE.

La conferencia fue organizada por estas entidades del sector agroganadero: ASAJA (Asociación Agraria Jóvenes Agricultores, España), CAP (Confederação dos Agricultores de Portugal), Confagricoltura (Confederación General de la Agricultura Italiana), FNSEA (Fédération Nationale des Syndicats d’Exploitants Agricoles), GAIA EPICHEIREIN (Plataforma de servicios digitales agrícolas, Grecia), CIA (Confederazione Italiana Agricoltori), HPK (Hrvatska Poljoprivredna Komora – Cámara de Agricultura de Croacia) y Coldiretti (Confederación Nacional de Cultivadores Directos, Italia), con la coordinación del EPP (European People’s Party – Partido Popular Europeo).

Fertilizantes. Para el jueves, 15 de mayo, se previó que la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento (COMINTA) votara el informe de la eurodiputada Inese Vaidere, del grupo Unión por la Europa de las Naciones, sobre el aumento progresivo de los aranceles a los fertilizantes rusos y bielorrusos. Según sus defensores, la medida buscó debilitar la maquinaria económica de guerra de Rusia, pero ASAJA, al igual que COPA–COGECA, que agrupa a las organizaciones y cooperativas del sector agroganadero de la UE, denunció el impacto directo sobre los costes de producción en el campo europeo.

ASAJA recordó a los europarlamentarios que los agricultores estaban hartos de ser moneda de cambio por cuestiones geopolíticas, y les reclamó que se rechazara la propuesta, o bien se aplazara su entrada en vigor mientras se alcanzaba una solución equilibrada. También se presentaron enmiendas para garantizar que los precios de los fertilizantes no se dispararan y para reforzar el uso de alternativas sostenibles como los fertilizantes orgánicos