Vida rural

Vive en Adradas, un pueblo soriano pequeño, de poco más de 40 vecinos. El automóvil se convierte en herramienta imprescindible para un chico de 32 años que, como Carlos, ha decidido quedarse a vivir y trabajar en el campo.

En los pueblos, por lo general pequeños, de Castilla y León nunca ha sido fácil disponer en el momento de efectivo. Y cada vez...

Las fiestas de los pueblos han experimentado un cambio enorme en pocos años

Armando es un agricultor vocacional. Tras varios años como militar decidió dejar este puesto para probar suerte en el campo. “

Juan Meléndez, propietario de una explotación en Santesvás de la Vega (Palencia), se considera a sí mismo más ganadero que agricultor, aunque ha dedicado ambas actividades casi toda su vida.

A Mario le harían falta días de 30 horas para poder estar un poco en todas partes. Tiene el trabajo por triplicado –como agricultor de secano, y ganadero de vacuno y de porcino, y cuando puede haciendo trabajos de agricultura para otros– pero le resulta difícil apostar sólo a una carta.

Santiago vive en Paradinas, un pequeño pueblo de apenas 70 habitantes, a unos 30 kilómetros de la capital. Como su padre, es agricultor y ganadero.

Félix tiene su explotación en Puras, el pueblo en el que nació hace 43 años. Tiene agricultura, parte en secano y parte en regadío, y aunque mantiene cultivos que ya tuviera su padre, como el trigo, la cebada, la patata o la remolacha, a lo largo de los años ha ido introduciendo pequeñas modificaciones para intentar compensar posibles pérdidas y beneficios.

Para este agricultor de Aguaviva (Soria) el campo no tiene secretos. Cuando era pequeño lo conoció de la mano de su padre, y tras dejar los estudios comenzó a trabajar en la explotación familiar de cereal y ganadería. A sus 39 años, veintitrés de los cuales ha dedicado a la agricultura, ha observado de cerca las grandes trasformaciones del medio rural.

Todavía no ha cumplido los cincuenta y ya lleva 29 trabajando en el campo. Es un todo terreno del sector: ha trabajado con sus hermanos y solo; ha tenido regadío y secano; ha sido ganadero y agricultor...

Es un veterano del sindicalismo agrario, de los que siempre han estado en primera línea de flotación sin reclamar protagonismos ni hacer demasiado ruido.

Robar en el campo no es difícil. No hay gente, la vigilancia es escasa y los obstáculos para acceder a la propiedad ajena son mínimos, basta con saltar una valla, forzar una puerta o romper una alambrada. Cualquier sitio puede ser bueno: una era, casas en desuso, cobertizos, establos, naves... las mismas tierras de labor.