Vida rural

Hijo y nieto de trabajadores del campo conoce a la perfección el sector, en el que lleva ya 20 años. Confiesa con satisfacción que decidió ser agricultor porque es algo que le encanta. Estudió en la escuela de capataces y pensó en embarcarse en una ingeniería, pero reconoce que “lo que más me tiraba era estar a pie de campo”.

Todavía no ha cumplido los cincuenta y ya lleva 29 trabajando en el campo. Es un todo terreno del sector: ha trabajado con sus hermanos y solo; ha tenido regadío y secano; ha sido ganadero y agricultor...

Para Emilio, la ganadería es una “forma de vida” más que un trabajo. “Si no te gusta no te metas”, recomienda a los jóvenes que quieren instalarse en el sector.

Tras vacunar frente a la lengua azul, en julio de 2006, ha visto con impotencia cómo la cabaña que comparte con su hermano, en Tenebrón, un pequeño pueblo de la comarca de Ciudad Rodrigo, ha quedado mermada en su totalidad.

"Necesitas libertad para aprender y avanzar, aunque a veces te equivoques"

"La clave es la constancia: el trabajo de un mes puede perderse en un día"

"Ir por delante en todas las cosas siempre da su fruto"

Con la mitad de su vida dedicada a la agricultura, el campo se vuelve como una especie de familia. Francisco Velasco Llorente, de Campillo de Aranda, se dedica desde los 23 años a cuidar una explotación de 190 hectáreas llenas de cereales y viñas.

Carlos Raúl Carabias tiene una explotación de leche junto a sus hermanos en la localidad salmantina de Alaraz. Con cerca de 340 cabezas incluida la recría, está considerada como una de las más avanzadas en el uso de tecnología.

Desde Ahigal de los Aceiteros (Salamanca), ofrecen una propuesta muy interesante para los que se acerquen a hacer turismo a este precioso municipio, en plenas Arribes del Duero salmantinas, a tiro de piedra de Portugal.

El aislamiento y el envejecimiento de la población son dos de los principales problemas de la sanidad rural.

Javier es un agricultor muy joven, natural de un pueblo zamorano, Fuentes de Ropel.